martes, 13 de diciembre de 2011

Estapedectomia

La estapedectomía es un procedimiento por el cual se reemplaza el estribo, un huesecillo del oído medio, por una prótesis que realiza su misma función. Se utiliza como tratamiento de la otoesclerosis.
Este tipo de cirugía no cura la enfermedad, sino que reestablece el mecanismo de trasmisión del sonido del exterior hacia el oído interno.
Lo que se hace es retirar el estribo fijo por la enfermedad y reemplazarlo por una prótesis, que unida al yunque (otro huesecillo del oído medio) realiza la misma función al imitar el movimiento del estribo.
No todos los pacientes con otoesclerosis son candidatos a esta cirugía, ya que cuando la enfermedad ha avanzado y está afectada la cóclea, se presenta una sordera de tipo neurosensorial (permanente) y en estos casos la cirugía no mejora tanto la audición. En este tipo de pacientes la mejor opción es el uso de audífonos.
La cirugía puede realizarse bajo anestesia local o general y comprende los siguientes pasos:
  1. Anestesia local del conducto auditivo externo
  2. Incisión en la piel del conducto, a partir de la cual se levanta separándola de la parte ósea del    conducto, hasta llegar al tímpano, que también se levanta entrando así en el oído medio.
  3. Corroboración del tipo de enfermedad (ya que una vez dentro puede que la sordera no se deba al motivo que creíamos) y desarticulación y retiro del estribo
  4. Colocación de la prótesis en el lugar del estribo y anclaje al yunque y a la ventana oval. Comprobar su movilidad y funcionamiento correctos.
  5. Regreso del tímpano y la piel del conducto a su lugar, que se empaqueta con gasa y material especial para mantenerla en su sitio.



Como cualquier cirugía, puede presentar complicaciones. Las más frecuentes son:
  • Vértigo y alteraciones en el equilibrio: ebidas a la manipulación del oído medio. Ceden a las pocas horas o días.
  • Alteraciones del gusto: por manipulación del nervio llamado cuerda del tímpano. En general es temporal, pero puede tardar meses en recuperarse e incluso, aunque muy raramente, ser permanente.
  • Sordera: en menos del 1% de los casos.
  • Parálisis facial: puede encontrarse expuesto el nervio facial en, aproximadamente, el 9% de los pacientes. Se daña en muy pocos casos y de manera temporal.

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